
El Hombre: Fe, Esperanza y Caridad
Los seres humanos, recibimos unos recursos maravillosos de nuestro Creador y es nuestra responsabilidad ponerlos en actividad, usarlos adecuadamente, en colaboración con Dios.
Y el objetivo debe ser llegar a una avanzada edad, con la satisfacción de haber hecho las cosas bien, por la obra desarrollada y lograda, siempre de acuerdo a nuestra Fe.
Y llegar a esta altísima cumbre es un placer de dioses, sólo alcanzable y disfrutable por los humildes.
Debemos tener claro que no puede alcanzarse la gloria confiando en la vanidad humana, en la suerte o en la lotería, sino por haber iniciado un camino glorioso, con gran constancia, tenacidad y sacrificio.
Así podremos salvar todos los obstáculos que se nos vayan presentando, desviarlos y continuar por el camino recto, siempre con una gran Fe, acompañada de una magnífica Esperanza.
Ambas, Fe y Esperanza, crearán una especial espiritualidad en nosotros, que acompañada por la tercera potencia, la Caridad, consolidará nuestro triunfo venturoso.
También deberemos de alimentar sanamente nuestra alma por ser donde radica nuestro verdadero potencial.
Las naciones progresan más cuando van asegurando diariamente los valores positivos. No confiemos en lo nacido sin sembrar, en lo espontáneo; siempre será más duradero lo que nos proporciona nuestro estudio y nuestro trabajo.
Tendremos que ser serios, y retirar la mentira y la ligereza insulsa de nuestro trabajo, y de la administración de nuestros bienes, teniendo como pilares el amor al prójimo, la justicia y la libertad. Así mejoraremos el mundo actual e iremos siempre en sentido ascendente, cada día con más ventajas.
Emilio Blasco. Ciudadanía Cristiana
AD MAIOREM DEI GLORIAM