El quinto mandamiento
La vida es el mejor de los tesoros que poseemos acá abajo. Y ese tesoro que es nuestra vida, es un depósito que nos confía Dios, para usarlo en beneficio nuestro y ajeno, para hacerlo fructificar, estando obligados a restituirlo cuando al Señor le plazca reclamarlo.
El hombre no tiene la propiedad, sino sólo el uso de la vida.
El quinto mandamiento No matarás, prohíbe cualquier daño a la vida. Exige amar a todo el mundo, incluso a los enemigos, y reparar el mal corporal y espiritual hecho al prójimo.
El quinto mandamiento prohíbe el homicidio, el suicidio, las heridas voluntarias, los golpes, las injurias, las maldiciones, las actitudes que llevan a los otros al mal. Prohíbe el aborto, que la Iglesia sanciona con excomunión. Cualesquiera que sean las formas y los motivos, la eutanasia voluntaria constituye un homicidio. También prohíbe atentar contra la vida sobrenatural del prójimo por medio del escándalo (toda palabra o acción torcida que da al prójimo ocasión de pecado).
Emilio Blasco. Ciudadanía Cristiana
Infirma Mundi Elegit Deus