Segundo mandamiento

28.02.2023


El segundo mandamiento  es "No tomarás el nombre de Dios en vano". Se debe inculcar el respeto al nombre de Dios. El nombre de Dios es santo. Y se deben cumplir fielmente las promesas y los votos con que uno se ha comprometido.

Está prohibido nombrar a Dios de forma irreverente, pronunciar blasfemias, jurar en falso. 

La blasfemia es una palabra injuriosa a Dios o proferir el nombre de Dios con desprecio. Es un pecado gravísimo. En el Antiguo Testamento además de ser considerada la blasfemia como un pecado inaudito que se castigaba con la muerte, nadie se atrevía a pronunciar el nombre de Dios ni siquiera en la oración. En las Sinagogas, cuando el lector hallaba este nombre en las Escrituras, inclinaba la cabeza y suspendía la lectura, prosiguiéndola luego sin pronunciarlo. 

Debemos invocar el nombre de Dios. Durante la vida y en la hora de nuestra muerte. 

Se refiere la importancia del nombre de Dios cuando subiendo un día Pedro y Juan al templo, vieron a un pobre cojo que pedía limosna. Pedro le dijo "Míranos". Y el les miraba de hito en hito, esperando que le dieran algo. Más Pedro le dijo "Plata ni oro yo tengo; pero te doy lo que tengo: En el nombre de Jesucristo, levántate y anda". Hechos,3. Y el cojo se levantó y empezó a andar.  Se ve ahí lo que es el nombre de Dios, es una moneda preciosa con la que podemos merecer los favores del Cielo.

Emilio Blasco. Ciudadanía Cristiana


Infirma Mundi Elegit Deus 

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